Ciencia
y religión son las dos grandes visiones del mundo más importantes. Son
fenómenos globales presentes a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Las relaciones entre ciencia y religión se pueden enfocar desde tres puntos de
vista: histórico, epistemológico y sociológico.
La primera pregunta que se
plantea es si son entre si compatibles o incompatibles. Dentro de la
compatibilidad se puede destacar su autonomía y desde ella el diálogo y la complementariedad.
El problema de los orígenes del universo, la vida y el hombre puede plantearse
desde la religión y de la ciencia. Aunque esto llevó a ciertos conflictos hoy
encontramos que no tiene por que oponerse.
Tanto la religión como la ciencia
son fenómenos culturales que han estado presentes a lo largo de la historia
desde la más remota antigüedad. A veces se corre el peligro de suponer que la
ciencia empieza con la ciencia moderna del Renacimiento, olvidando todos los
desarrollos anteriores. Esto es un grave error, ya que el nacimiento de la
misma ciencia moderna no puede entenderse sin los desarrollos científicos
anteriores. Remontándonos a los albores de la ciencia en la antigüedad podemos
encontrar ya interacciones con la religión. La religión y la ciencia
constituyen formas de acercamiento a la realidad, es decir, formas de conocimiento
con distintas peculiaridades.
Es, por lo tanto, importante estudiar la distinta
naturaleza de cada una de ellas y la relación que puede establecerse entre el
conocimiento científico y el conocimiento religioso. Esta reflexión pertenece
al campo de la filosofía. Fe y experiencia religiosa forman el
fundamento del conocimiento religioso que se formaliza en la teología, mientras
el conocimiento científico está formado por un marco formal de leyes y teorías,
relacionadas con una base empírica de experimentos y observaciones.filosofía
viernes, 14 de febrero de 2014
Métodos de la Filosofía
Metodo Mayéutica
Definición:
El
método Mayéutica consiste en ayudar a descubrir la verdad por sí misma
.La Mayéutica era el arte
donde la partera auxiliaba a la mujer
a dar a luz, la madre de Sócrates , Phaenarete , fue partera . De ahí la figura
que significaba como Sócrates iluminaba a los espíritus. La Mayéutica
enseña a la persona
a dar a luz las ideas que ha concebido. El termino Mayéutica (del griego
maieutiké: arte obstétrica) fue adoptado por Platón
para expresar un aspecto particular de la enseñanza Socrática.
Para
Sócrates, la enseñanza no es la entrega de una verdad desde fuera, sino la iluminación
operada en el discípulo por el maestro consistente en que el discípulo descubra
la verdad que se halla en su intimidad y que desconocía.
Características
§ Asunto.
El asunto en discusión era progresivo:
a).-No
empezaba con definiciones ni teoremas para deducir de ellos y clasificar con su
ayuda los fenómenos concretos del mundo y la vida humana.
b).-Comenzando
por los hechos particulares, preguntando y obteniendo respuestas, se
elevaba a las ideas y convicciones de orden superior.
c).
-No presentaba al discípulo que era el interlocutor sistemas
acabados, sino que se colocaba en su punto de vista induciéndole a
expresar sus ideas cuidadosamente. Si eran correctas las confirmaba con nuevas
explicaciones y desarrollos; si eran incorrectas demostraba su absurdo
admitiéndolas primero, para guiar al discípulo después a las legitimas
conclusiones de la idea errónea.
d).-
Todo esto lo verificaba haciendo preguntas, cargando en el interrogado el peso
de las ideas, sacando nuevas fueras de cada error que descubría en sus
razonamientos auxiliado por la ironía.
e).-Las
ideas no debían implantarse según Sócrates, desde fuera sino desarrollarse
lógicamente dentro de la conciencia
del discípulo interrogado. Debían crecer en el espíritu activo del interlocutor
hasta que fueran suficientemente claras para expresarse, para salir a la luz.
Ironía.
Famosa actitud
de Sócrates ante sus interlocutores, discutiendo, fingía aceptarles la tesis
para luego, dialogando, demostrar que estaban en contradicción consigo mismos y
concluir que aunque estuvieran seguros
de saber, en realidad no lo sabían .
Método Cartesiano
Método creado por René Descartes. Su línea
rectora es que conviene dudar metódicamente de todo, menos de la existencia
pensante. Descartes resume esto en una frase Cógito, ergo, sum (pienso, luego,
existo). Esto es algo tan evidente que ningún escéptico podrá dudar, porque al
dudar piensa. Su método lo resume en los siguientes pasos: | Evidencia. Si quieres filosofar, “duda de
lo que sabes, de lo que han di- cho, de lo que crees que debe ser. Duda y
pregúntate si es verdad, si lo que sabes está de acuerdo a lo que tú piensas”.
Si aparece con claridad a tu mente entonces es verdad. Por ponerte un ejemplo:
Si un muchacho (a) te dice que te ama: ¿Cómo sabes que es verdad?
|
Análisis. Si quieres saberlo, analiza todos los detalles, todas las circunstancias. Si no lo analizas, jamás podrás saber que te ama. Te podría engañar.
Ese es el segundo paso del método. |
Síntesis. Si has analizado, entonces reconstruye sintetizando todos los
elementos hasta lograr la claridad en la apreciación. Sólo así podrás darte
cuenta en tu intelecto de la veracidad de sus palabras. | Recapitulación. Si aún tienes dudas
recapitula o reconstruye todos los elementos de nuevo hasta que quede claro a
tu razón que la verdad te ama. En otras palabras un auténtico filósofo duda,
analiza, sintetiza y recapitula.
Lo fundamental de este método es la
constitución propia del ser humano. El hombre no se encuentra como pura
subjetividad, sino concretamente como un hombre en su mundo. Este mundo se le
aparece siempre a su conciencia subjetiva en forma de fenómenos. Por eso su
método seguirá los siguientes pasos: |
Presencia del fenómeno a la conciencia. Siempre estamos ante hechos, no ante
ideas. Los hechos generan ideas mismas que son representaciones de hechos.
Hacer Filosofía con este método significa no hacerle caso a las ideas sino a
fenómenos o hechos que aparecen a la conciencia. | Una
vez que el fenómeno o hecho está en la conciencia hay que purificar- lo
de toda concepción o prejuicio. No me interesa lo que se ha dicho sino lo que
se presenta a mi conciencia. Al purificarlo de estas concepciones, nos quedamos
con lo que auténticamente es aquel fenómeno o hecho. Por poner un ejemplo, si
mencionamos la palabra odio, ésta no interesa como concepto sino como realidad.
El odio me remite al que odia y el que odia se presenta a mi conciencia como un
ser calculador, con tendencias violentas, con una cara que refleja dureza,
etcétera. El odio entonces, en este método,
es la tendencia al daño y a la destrucción de lo que se odia y repercute
de modo negativo directo en quien sostiene el odio y no en el objeto de lo que
odia. El odiado ni se da por enterado a no ser que descubra el fenómeno ante su
presencia. La Filosofía es el descubrimiento constante de fenómenos que se
aparecen a la conciencia y la capacidad de describir lo que se presenta a la
conciencia.
Método Hermenéutico
Sus
máximos autores, Friedrich Scheleiermacher y Wilhelm Dilthey, pretender fundamentalmente descifrar un texto, frase o determinada postura filosófica atendiendo al contexto y subjetividad de quien lo escribió para captar su verdadero
sentido. Por ejemplo, cuando los epicúreos sostienen que “el placer es lo que
nos hace feliz” el hermeneuta analiza el contexto y los antecedentes de esa
expresión. La hermenéutica se encarga de encontrar el verdadero sentido de esa
palabra y de ese modo se capta toda la riqueza de una expresión.
Método Dialéctico
Según Hegel, autor de este método, como seres
humanos cobramos conciencia o se amplía nuestro conocimiento cuando estamos
frente a algo que no somos nosotros. Por poner ejemplos, sólo cobramos
conciencia de la salud cuando estamos enfermos, cobramos conciencia de
nuestra pobreza ante la riqueza del otro. En otras palabras, el yo sólo se
conoce a profundidad ante un no yo. El conocimiento sólo crece frente al otro,
que no es yo. Hacer filosofía es entrar en un proceso donde la tesis se
consolida ante una antítesis y crece en una síntesis. Y ésta se convierte en
una tesis para entrar de nuevo en un proceso dialéctico.
Existen
además otros métodos para hacer filosofía, entre ellos: método crítico creado
por Emmanuel Kant; método de deconstrucción creado por Jacques Derrida y método
del discurso creado por J. B. Thompson. Pero por su extensión preferimos no
tratarlos. Te encomendamos hacer una investigación para profundizar en
ellos.
Las características de la filosofía son:
Crítica: la filosofía es
un saber crítico, que pone en duda ciertas cosas que no le parecen
suficientemente claras o bien explicadas.[J1]
Certidumbre Radical: los filósofos
no se conforman con cualquier clase de respuesta.
Fundamentadora: el filósofo
desea saber en qué se basan todos nuestros conocimientos. Nos hace reflexionar
sobre los fundamentos en los que se asientan nuestros conceptos, conocimientos
y creencias. Para ello, realiza una exhaustiva revisión de los fundamentos,
conocidos también como ‘principios’.
Totalizadora: la filosofía tiene
una tendencia a la ‘universalidad’, pues no se conforma con explorar fragmentos
de la realidad, ni con dar visiones parciales del mundo.
Sabiduría: la filosofía es
un conocimiento que se preocupa por encontrar el sentido, meta y valor último
de la vida humana, siempre con el fin de proyectar una vida mejor.
Praxis
–práctica: la filosofía trata
problemas y soluciones que tienen profundas repercusiones en la sociedad,
demoliendo prejuicios y falsas concepciones para despejar el camino y construir
nuevas alternativas y mejores mundos.
¿QUE ES LA FILOSOFÍA?
La filosofía es un conocimiento, un saber, de los tantos que posee el
hombre, que resulta de una actividad que se llama filosofar. Hay algunos que
sostienen que no se puede enseñar filosofía, pero sí a filosofar.
La filosofía, en cambio, pretender ser autónoma, no depender de nada.
Por lo tanto las preguntas que la filosofía se plantea, y que trata de
responder, son las más fundamentales para el hombre: ¿qué soy yo y qué es el
mundo?
La filosofía puede ser el producto de una crisis exterior, en la que lo que está en torno a mí parece vacilar y nada parece seguro, o de una crisis interior, en la que de repente comienzo a dudar de todo lo que hasta ayer daba por aceptado. En este último caso se produce lo que los griegos llamaban la admiración, cuando hasta las cosas más sencillas me admiran.
La filosofía puede ser el producto de una crisis exterior, en la que lo que está en torno a mí parece vacilar y nada parece seguro, o de una crisis interior, en la que de repente comienzo a dudar de todo lo que hasta ayer daba por aceptado. En este último caso se produce lo que los griegos llamaban la admiración, cuando hasta las cosas más sencillas me admiran.
Siempre vi que el sol salía por el este y se ponía por el oeste, pero
hoy ese hecho me produce admiración y me pregunto: ¿por qué el sol sale por el
este y se opone por el oeste? Como dice Aristóteles, éste es un saber sin
utilidad, porque independientemente de lo que yo concluya, el sol seguirá
haciendo lo que venía haciendo. Es un
saber por el puro gusto de saber.
Vemos entonces que la filosofía exige determinadas circunstancias y
determinada disposición de ánimo. A este ánimo puedo ser llevado por
circunstancias externas, cuando la propia realidad se encarga de demostrarme
que lo que yo creía no era cierto, cuando las expectativas no se cumplen,
cuando las personas con las que contaba me fallan. En ese caso me veo impulsado
a buscar en mí mismo, las verdades fundamentales que necesito para vivir.
La actividad de filosofar implica liberarse de todo preconcepto, ya sea por propia decisión o por una causa exterior.
El primer filósofo del que tenemos noticia que se ocupó de estos temas,
fue el griego Sócrates.
Antes de Sócrates existieron otros filósofos, pues la filosofía, tal
como hoy la entendemos, comienza en el siglo VI a. de C. en las costas del Asia
Menor e islas adyacentes, y se extiende después a las colonias griegas en el
sur de la península itálica.
Estos filósofos, a los que se suele llamar presocráticos, se ocuparon de
un tema filosófico que se llama el problema ontológico. Entre ellos tenemos a Thales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes,
Empédocles, Pitágoras, Heráclito, Parménides y Zenón de Elea.
Sócrates introduce en la filosofía la idea de que, además de los objetos del mundo físico, existen cosas intangibles como la justicia, la moderación, la valentía, de las que se puede dar el concepto, que se pueden definir; y lo que él busca es precisamente la definición de esos conceptos.
Sócrates introduce en la filosofía la idea de que, además de los objetos del mundo físico, existen cosas intangibles como la justicia, la moderación, la valentía, de las que se puede dar el concepto, que se pueden definir; y lo que él busca es precisamente la definición de esos conceptos.
Esta es la aportación fundamental que hizo Sócrates y la razón por la
cual opino que es el primer filósofo que se ocupó de los problemas que atañen
al hombre común.
Sócrates pensaba que a través del entendimiento y de la razón, se puede llegar a decir qué es el amor, la compasión, el valor, etc. Para él, el tema fundamental de la filosofía era la moral, la cual debía llegar a elaborar, de los objetos que estudiaba, conceptos tan precisos como los de la geometría, de manera que pudiese ser enseñada como lo es una disciplina matemática. De esa manera, decía, se eliminaría la maldad, dado que, en su concepción, la maldad era el producto de la ignorancia. Enseñaba que el sabio es el que sabe vivir, quien se conoce a sí mismo y sabe controlarse, y no aquel que sabe muchas cosas.
Sócrates pensaba que a través del entendimiento y de la razón, se puede llegar a decir qué es el amor, la compasión, el valor, etc. Para él, el tema fundamental de la filosofía era la moral, la cual debía llegar a elaborar, de los objetos que estudiaba, conceptos tan precisos como los de la geometría, de manera que pudiese ser enseñada como lo es una disciplina matemática. De esa manera, decía, se eliminaría la maldad, dado que, en su concepción, la maldad era el producto de la ignorancia. Enseñaba que el sabio es el que sabe vivir, quien se conoce a sí mismo y sabe controlarse, y no aquel que sabe muchas cosas.
Decía Sócrates que la filosofía era la preparación para la muerte, y que
quien sabe vivir, sabe morir. Fiel a sus enseñanzas, supo controlarse hasta el
final, y murió acatando lo que le indicaba la razón.
El que es feliz no se preocupa acerca de la felicidad. Cuando algo nos
falta, entonces empezamos a dudar de las apariencias y a buscar un sustento más
sólido para nuestra vida, un saber que vaya más allá de lo que comúnmente nos
ofrece el mundo.
Lo que buscamos es la filosofía, el saber que parece más inútil y al
mismo tiempo es el más importante, porque no tiene otra consecuencia práctica
más que la de enseñarnos a vivir. Empezamos entonces a crecer, pero
intelectualmente, a expensas de dominar las porciones menos evolucionadas de
nuestro ser.
Nos planteamos: ¿qué puede hacerse para vivir mejor, para ser más
felices? Aprendemos a controlar las pasiones en la búsqueda de valores más
trascendentes, descubrimos que es más sabio dominarnos que dar rienda suelta a
nuestras emociones.
El hombre está formado por cuerpo y alma (o espíritu), pero es esto
último lo que nos hace hombres, lo que nos diferencia de los otros animales.
Para algunos pensadores importantes, la forma correcta de ser humano es dar
preponderancia a nuestra parte espiritual en detrimento de nuestra parte
animal. Controlándonos y dominándonos, es como crecemos espiritualmente, como
más plenamente realizamos el ideal del ser humano.
La vida según la inteligencia, nos dice Aristóteles, es la que procura
la mayor felicidad, porque es vivir de acuerdo con lo más excelente que tiene
el hombre.
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